viernes, marzo 07, 2014

El hombre que sabía hacer las cosas bien (1)

Alguna vez ya ha pasado en este blog que he concelebrado en el tiempo dos series distintas. Es a gusto del cliente, que así no se ve abrumado por un montón de textos sobre el mismo tema (que lo mismo le interesa menos) y puede ir poniendo su atención en otras cosas.

Además, hay un pequeño aliciente más en esta historia que quiero comenzar a contaros aquí porque, como hace unos días decía un comentario a uno de mis posts, hay demanda de información sobre Ucrania, y de Ucrania, aunque sea indirectamente, tendremos que hablar aquí queramos o no, porque será en Ucrania donde transcurra una parte no poco importante de esta Historia.

Os quiero contar el relato de, como reza el título de esta serie, un hombre que sabía hacer las cosas muy bien. O sea, sabía colmar perfectamente las expectativas de sus jefes y, precisamente por eso, llegó él mismo a ser algún día un jefe supremo. Y lo escribo porque me da rabia que se esté olvidando la figura de este hombre que, sin embargo, tiene mucho que ver con el mundo actual en el que vivimos, que fue, en gran parte, preconfigurado por sus aciertos y, de modo nada despreciable, por sus errores. Porque Leónidas Breznev sabía hacer las cosas bien, pero eso no le impidió equivocarse.

lunes, marzo 03, 2014

Libia (7)

En 1973, Muamar el-Gadafi comenzó trece años de revolución que, por lo tanto, no terminarían hasta 1986. Durante aquellos años, el dinero fluyó gracias al petróleo hacia el país en auténticas paletadas. La renta per cápita libia se multiplicó por cinco en muy pocos años.

Con ese apoyo de gran importancia, Gadafi redobló su cruzada contra todos los impedimentos existentes para que el pueblo ejerciese el poder efectivo sobre ese país sin Estado que había imaginado. Fruto de esta intención es lo que se conoció como la Tercera Teoría Universal del mandatario libio. Probablemente inspirado en la mitología y estética maoísta, Gadafi codificó su nueva teoría política en el denominado Libro Verde. Un texto que desborda en todas sus páginas una profunda desconfianza en los partidos políticos y en las instituciones estatales, y que concluye la necesidad de crear la denominada Jamahiriya, esto es el país directamente gestionado por sus ciudadanos, sin intermediarios. La anti-burocracia, anti-tecnocracia, anti-clase política que tan atractiva será, durante mucho tiempo, a los teóricos europeos del 15-M de la época.