jueves, noviembre 27, 2014

El hombre que sabía hacer las cosas bien (23)

Con todos los problemas pequeños, medianos y grandes que tuvo que enfrentar Leónidas Breznev durante su mandato como secretario general del PCUS, ninguno se parece ni de lejos al problema de China. En primer lugar porque, como estratega, Mao Zedong le daba cien mil vueltas al ruso reciclado en ucraniano. Y, en segundo lugar, porque, desacompasados en el tiempo como iban los desarrollos del comunismo en ambos países (en la segunda mitad de los sesenta, China estaba en su momento estalinista), este decalaje le daba cierta ventaja a Beijing, por cuanto el país estaba en un momento más productivo que la URSS, país en el que el comunismo híperburocratizado causaba un cansancio enorme; excepción hecha de Dolores Ibárruri, claro.

lunes, noviembre 24, 2014

Sir John (5: Napoleón se mosquea, mientras brota el hooligan que todo británico lleva dentro)

Recuerda que ya te hemos contado:

La extraña combinación de circunstancias que puso a John Moore al mando de las tropas británicas en España.

Las opiniones no demasiado buenas que los ingleses se llevaron en su primer contacto con La Coruña.

Los miedos de sir John Moore de que en España estallase la burbuja.

Los cambios de planes de los ingleses, después de que un cartero vallisoletano se cargase a un francés pollas.




A la salida de Sahagún, Moore comenzó a recibir informes repetidos de que tropas francesas habían salido de Madrid con la intención de tomar contacto con las de Soult, a las que él quería enfrentarse. Sin embargo, el escocés consideraba que tenía tiempo suficiente como para dar su golpe antes de que Napoleón llegase al Duero. Su plan era atacar más o menos el día de Navidad y, después, avanzar rápidamente hacia el mar. Sin embargo, a las seis de la tarde del primer día de marcha, le fue llevado a su presencia un campesino que portaba una carta del marqués de la Romana. El informe del español venía a decirle que las tropas de Madrid estaban casi ya en la zona. Horas después, un oficial inglés que había sido enviado de batida confirmó esos temores. Moore se dio cuenta de que no llegaría a tiempo de atacar a Soult antes de que recibiese refuerzos críticos, capaces de cambiar el signo de la pelea; o, en cualquier caso, bloqueando su retirada.