miércoles, julio 06, 2016

Estados Unidos (35)

Recuerda que ya te hemos contado los principios (bastante religiosos) de los primeros estados de la Unión, así como su primera fase de expansión. A continuación, te hemos contado los muchos errores cometidos por Inglaterra, que soliviantaron a los coloniales. También hemos explicado el follón del té y otras movidas que colocaron a las colonias en modo guerra.

Evidentemente, hemos seguido con el relato de la guerra y, una vez terminada ésta, con los primeros casos de la nación confederal que, dado que fueron como el culo, terminaron en el diseño de una nueva Constitución. Luego hemos visto los tiempos de la presidencia de Washington, y después las de John Adams y Thomas Jefferson

Luego ha llegado el momento de contaros la guerra de 1812 y su frágil solución. Luego nos hemos dado un paseo por los tiempos de Monroe, hasta que hemos entrado en la Jacksonian Democracy. Una vez allí, hemos analizado dicho mandato, y las complicadas relaciones de Jackson con su vicepresidente, para pasar a contaros la guerra del Second National Bank y el burbujón inmobiliario que provocó.

Luego hemos pasado, lógicamente, al pinchazo de la burbuja, imponente marrón que se tuvo que comer Martin van Buren quien, quizá por eso, debió dejar paso a Harrison, que se lo dejó a Tyler. Este tiempo se caracterizó por problemas con los británicos y el estallido de la cuestión de Texas. Luego llegó la presidencia de Polk y la lenta evolución hacia la guerra con México, y la guerra propiamente dicha, tras la cual rebrotó la esclavitud como gran problema nacional, por ejemplo en la compleja cuestión de California. Tras plantearse ese problema, los Estados Unidos comenzaron a globalizarse, poniendo las cosas cada vez más difíciles al Sur, y peor que se pusieron las cosas cuando el follón de la Kansas-Nebraska Act. A partir de aquí, ya hemos ido derechitos hacia la secesión, que llegó cuando llegó Lincoln. Lo cual nos ha llevado a explicar cómo se configuró cada bando ante la guerra.

Comenzando la guerra, hemos pasado de Bull Run a Antietam, para pasar después a la declaración de emancipación de Lincoln y sus consecuencias; y, ya después, al final de la guerra e, inmediatamente, el asesinato de Lincoln.

Aunque eso no era sino el principio del problema. La reconstrucción se demostró difícil, amén de preñada de enfrentamientos entre la Casa Blanca y el Congreso. A esto siguió el parto, nada fácil, de la décimo cuarta enmienda. Entrando ya en una fase más normalizada, hemos tenido noticia del muy corrupto mandato del presidente Grant. Que no podía terminar sino de forma escandalosa que el bochornoso escrutinio de la elección Tilden-Hayes.

Aprovechando que le mandato de Rutherford Hayes fue como aburridito, hemos empezado a decir cosas sobre el desarrollo económico de las nuevas tierras de los EEUU, con sus vacas, aceros y pozos de petróleo.

De todas formas, eso que conocemos en Europa como la lucha obrera pronto encontró un escollo relativamente inesperado: la actitud frente a los trabajadores inmigrantes.

lunes, julio 04, 2016

La caída del Imperio (11: Atila y Constantinopla)

  1. Las envidias entre Valente y Graciano y el desastre de Adrianópolis.
  2. El camino hacia la primera paz con los godos.
  3. La llegada en masa, y desde diversos puntos, de inmigrantes al Imperio.
  4. La entrada en escena de Alarico y su extraño pacto con Flavio Stilicho.
  5. Los hechos que condujeron al saco de Roma propiamente dicho.
  6. La importante labor de rearme del Imperio llevada a cabo por Flavio Constancio.
  7. Las movidas de Gala Placidia hasta conseguir nombrar emperador a Valentiniano III.
  8. La movida de los suevos, vándalos y alanos en Spain. 
  9. La política de recuperación del orgullo y el poder romanos llevada a cabo por Flavio Aecio.
  10. La entrada en acción de Atila el huno.

La tropa enviada desde el Imperio Oriental a Sicilia con la intención primera de participar en una expedición contra los vándalos no logró llegar a tiempo de contrarrestar la invasión de los hunos. Cuando Naisuus, o Nis, cayó en poder de los soldados de Atila, el Imperio tuvo que parlamentar y alcanzar un acuerdo de paz, porque sus tropas estaban todavía muy lejos de poder plantar batalla.